miércoles, 27 de diciembre de 2006

Rayuela
Capítulo 7

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua.

lunes, 17 de julio de 2006

Tiempos Tempestuosos

Oh vosotros simples mortales, que resistís las inclemencias del clima confiando en predicciones y brujerías, tened la grandeza de enseñar a transigir por las arduas sendas de la vida a un pobre semidios que vino a parar a un mundo extraño ya pudiendo controlar el viento y deseando la lluvia con certeza absoluta.

domingo, 14 de mayo de 2006

Temblores

Hay momentos en que la naturaleza se muestra en todo su esplendor, y nos enseña lo insignificantes que somos. En esos momentos, cuando ella está cerca, tiemblo.

lunes, 17 de abril de 2006

Berlinesas y vigilantes

Seguridad es saberse cautivo por un muro
y no creerse libre en sociedad

sábado, 8 de abril de 2006

Lluvia inspiradora

Hay días en que no me importa tu raza, religión o color,
solo tu sexo.

martes, 28 de marzo de 2006

A la orilla de la chimenea
(Joaquin Sabina)

Puedo ponerme cursi y decir
que tus labios me saben igual que los labios
que beso en mis sueños,
puedo ponerme triste y decir
que me basta con ser tu enemigo, tu todo,
tu esclavo, tu fiebre, tu dueño.
y si quieres también
puedo ser tu estación y tu tren,
tu mal y tu bien,
tu pan y tu vino,
tu pecado, tu dios, tu asesino...

o tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea
a esperar que suba la marea.

Puedo ponerme humilde y decir
que no soy el mejor
que me falta valor para atarte a mi cama,
puedo ponerme digno y decir:
"toma mi dirección cuando te hartes de amores
baratos de un rato... me llamas".
Y si quieres también
puedo ser tu trapecio y tu red,
tu adiós y tu ven,
tu manta y tu frío,
tu resaca, tu lunes, tu hastío...
o tal vez ese viento
que te arranca del aburrimiento
y te deja abrazada a una duda,
en mitad de la calle y desnuda.
y si quieres también
puedo ser tu abogado y tu juez,
tu miedo y tu fe,
tu noche y tu día,
tu rencor, tu por qué, tu agonía...

o tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea
a esperar que suba la marea.

martes, 14 de febrero de 2006

Salierizaciones

Amor, no soy digno de que entres a mi alma...
Pero una mirada suya bastará para sanarme.

jueves, 5 de enero de 2006

Hacete amichi

Tal vez mi batalla más peleada ha sido la amistad entre el hombre y la mujer. Alguna vez pensé que no existía nada aparte de eso, y siempre quise estar a la orden de aquellas mujeres que necesitaran de mi ayuda, sea como fuere. Pero este año entendí que esa es la única cosa que no debo hacer, y que no puedo ser amigo de las mujeres, porque en definitiva ese es un camino de ida.
Entendí que eso que me hace querer su amistad en muchas ocasiones es lo mismo que me hace verlas diferentes, únicas, hermosas y definitivamente inalcanzables. Las personas me conmueven, me encantaría poder tener un millón de amigos, pero quisiera que en alguna de aquellas potenciales amigas, aquella para la cual la amistad todavía no brotó, para quien la amistad hoy es solo una nube pasajera, que no necesite de mi ni yo de ella, aquella con la cual la vida nos encuentre parados esperándonos sin saberlo, pueda distinguirla y evitar la inmensa barrera que propone una amistad.
Mujeres del mundo, sepan que a partir de hoy se acabaron las planillas de solicitud de mi amistad. Espero algún día poder recuperar ese camino, mas hoy voluntariamente y muy a mi pesar elijo el otro.